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Una alfabetización financiera necesaria



En bankia  se incluye un artículo indicando que la educación financiera brilla por su ausencia entre los más jóvenes de nuestra sociedad. Al hacerlo, no sabíamos que la Organización para la Cooperación y el de Desarrollo Económicos (OCDE) iba a publicar un demoledor estudio del Consejo de Alfabetización Financiera con el que valorar correctamente la dimensión del desconocimiento financiero entre la juventud.


Este estudio de la OCDE cubre todo el mundo, mostrando el mismo problema: los jóvenes manejan productos financieros con soltura en sus rutinas (tarjetas, pago con móvil, apps) pero desconocen los conceptos financieros más básicos. Esto es como manejar explosivos ignorando que pueden explotar.



Si los jóvenes no tienen una cultura financiera, se están negando a sí mismos alternativas para progresar económicamente. La formación te da alternativas, perspectiva y protección ante fraudes. Pero no parece que esto sea suficiente.


Aquí resumimos las conclusiones de la OCDE tras su estudio, así como las recomendaciones que transmite a los gobiernos para que sean capaces de dotar a los más jóvenes de una “alfabetización financiera”.



Por qué es importante la educación financiera, según la OCDE.


Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la definición de alfabetización financiera (financial literacy) comprende la combinación de la conciencia, el conocimiento, la aptitud, la actitud y el conocimiento necesarios para tomar buenas decisiones financieras y conseguir una excelencia financiera personal.


La importancia de la educación financiera para la OCDE, estriba en los siguientes puntos:

1. Promueve el desarrollo de mercados abiertos y competitivos y fomenta la estabilidad financiera mejorando:
La inclusión financiera de los más vulnerables.
La resiliencia financiera (la capacidad de afrontar reveses económicos).
La protección del consumidor.

2. Puede ser utilizada para mejorar las aptitudes financieras de cualquier segmento de la población, sin importar su vulnerabilidad.

3. Es necesaria para saber utilizar la variedad de productos financieros que inundan hoy día el mercado, incluyendo los digitales, sin los cuales es difícil prosperar económicamente.

4. Al mismo tiempo, la educación financiera puede ser complementada y complementar otras áreas de aprendizaje donde el prejuicio social suele influir.

5. Por último, la educación financiera cobra, si cabe, más importancia en el entorno socioeconómico resultante de la pandemia de covid 19, pues puede ayudar a reducir el impacto negativo financiero de la misma, y a promover una adaptación al importante entorno digital.


El estado de la educación financiera.


A pesar del aumento de la complejidad y del riesgo en el entorno financiero, el estudio reciente realizado por la OCDE concluye que un gran porcentaje de la población mundial, especialmente los más vulnerables, ni siquiera poseen conocimientos que les ayuden a comprender los conceptos financieros más básicos. Esto les obstaculiza la toma de decisiones financieras inteligentes.


Por ejemplo, el 15 % de los estudiantes no eran capaces de aplicar conocimientos sobre productos básicos financieros o términos frecuentes utilizados en finanzas en situaciones importantes.



La media de puntuación de los países de la OCDE, en un estudio que consideraba conocimientos, comportamientos y actitudes financieras, resultó ser de 12,7 sobre 21. Esto redunda directamente en la resiliencia financiera de los ciudadanos. Por ejemplo, la media de personas de todos los países de la OCDE que no podrían sobrevivir más de una semana sin endeudarse ni mudarse de hogar, en caso de perder la fuente principal de recursos, supera el 30 %.


Las recomendaciones de la OCDE



Tras este primer jarro de agua fría, la OCDE traslada a los gobiernos miembros una serie de recomendaciones que reviertan este problema del “analfabetismo financiero”.



Las áreas clave son tres:

1. Estrategias nacionales para la alfabetización financiera.

Esto incluye cómo determinar las necesidades de los colectivos más vulnerables y fomentar la resiliencia financiera.

2. La alfabetización financiera de diversos sectores del entorno.

Especialmente en lo que se refiere a ahorro, pensiones, inversiones, créditos y seguros, es decir, los conceptos más rutinarios que una persona puede encontrarse en su vida.

3. El abastecimiento de programas de alfabetización financiera efectivos a los distintos gobiernos miembros de la OCDE.


Lo que se refiere, sobre todo, a los recursos digitales. Pero también a las conductas propias de cada entorno.


El factor de la pandemia del covid 19 estaría muy presente en este apartado, pues es un nuevo reto a la hora de adquirir una excelencia financiera personal.


No se te habrá pasado por alto que, si una institución como la OCDE dedica tanto tiempo y recursos a la alfabetización financiera, es porque considera que la falta de conocimientos financieros a lo largo y ancho del mundo constituye un riesgo para la economía global.



Y no es menos cierto que la responsabilidad individual en este asunto también pesa: es necesario, más que nunca, adquirir la educación financiera que nos ayude a superar reveses, que nos proteja de fraudes y que nos conduzca a un futuro mejor.

Para adquirir esa Educación Financiera los gobiernos actúan de forma desigualen la incorporación de los conocimientos financieros en los currículos educativos.

En España y con la aprobación reciente de una nueva Ley (LOMLOE) se hace imprescindible en un mundo globalizado que todos los alumnos finalicen las etapas obligatorias con unos conocimientos esenciales sobre educación financiera por los tanto en los contenidos mínimos de los currículos nacionales, autonómicos y de centro deberían incorporarse dichas enseñanzas priorizando las finanzas básicas.

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